¿Qué es la distonía?
La distonía se define como un síndrome neurológico caracterizado por contracciones musculares que se producen de forma involuntaria, y que son sostenidas o repetitivas provocando movimientos de torsión y posturas anormales. Todo esto la convierte en unos de los trastornos del movimiento más incapacitantes.
La distonía se puede clasificar según edad, región afectada o etiología.
Causas
No se conocen las causas concretas que producen la distonía y este trastorno no se entiende completamente como una afección, sin embargo, se cree que puede deberse a desequilibrios químicos en la región del cerebro denominada ganglio basal.
La distonía puede ser hereditaria por parte de los padres, o puede desarrollarse si los ganglios basales están dañados (falta de oxígeno, infecciones, traumatismo cerebral, tumores, etc.).
Síntomas
Los síntomas de la distonía pueden variar y pueden ser leves o severos. Pueden empeorar con el estrés o la fatiga, y con las constantes contracciones musculares, es común sentir dolor e incomodidad.
Tratamiento
El tratamiento para la distonía depende de su gravedad y de la parte del cuerpo que se vea afectada. Las estrategias de tratamiento sintomático actualmente son bastante efectivas para algunos tipos de distonía, ayudando a corregir posturas, aliviar los movimientos involuntarios, prevención de contracturas y reducción de dolor.
Las opciones terapéuticas como la levodopa o toxina botulínica (Botox) deben adaptarse a las necesidades de cada paciente. Con la repetición de inyecciones de toxina botulínica, se puede recuperar cierto control sobre las contracciones musculares.
También existe la fisioterapia, terapia del lenguaje y técnicas de control del estrés que pueden ayudar a los pacientes con distonía a controlar sus síntomas.
Fisioterapia en la distonía
Uno de los tratamientos de la distonía es la fisioterapia o terapia física.
El objetivo principal de la fisioterapia será restaurar o conservar en la medida de lo posible la capacidad funcional de cada persona a través de la reeducación postural y funcional.
Como objetivos más específicos tendremos:
1. Prevenir deformidades que puedan llevar a posibles desalineaciones en el futuro.
2. Evitar las contracturas y el dolor.
3. Aprender a regular la inhibición recíproca que se produce en la musculatura afecta.
4. Aprovechar las funciones que se conservan para ayudar a trabajar las funciones disminuidas o perdidas.
Este tratamiento será totalmente individualizado y adaptado a las necesidades de cada persona y dependerá del tipo de distonía.
La distonía cervical, es el tipo más común y a pesar de que la toxina es el manejo médico más efectivo, en ocasiones no resulta del todo efectivo, dando lugar a un alivio inadecuado. Por lo tanto, se requieren alternativas para el tratamiento donde combinar fisioterapia con toxina botulínica. Se ha demostrado que la mezcla de ambas cosas, permiten la obtención de resultados positivos, especialmente en referencia al alivio del dolor.
Existe evidencia científica donde la combinación de técnicas como el control postural, la reeducación sensorial, la terapia de relajación, los estiramientos, los ejercicios activos y el biofeedback ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas que sufren esta patología.
Además, la experiencia clínica sugiere que la fisioterapia y la hidroterapia son eficaces en el tratamiento de las distonías, especialmente en la cervical, ofreciendo un alto grado de alivio del dolor.